No soy de las que se apresuran ni de las que juegan sin intención. Me gusta mirar a los ojos, hablar con el cuerpo y provocar con la mente. Me seduce lo auténtico, lo que no necesita gritar para ser recordado. Una buena compañía, una buena conversación en buena conexión y ver como puede terminar.
Soy esa mujer que no se olvida. La que camina con fuego en la sangre y paz en la mirada. La que no promete cuentos, pero sí noches memorables y días con sentido.